Cómo la clorella y los probióticos pueden ayudar a calmar el fuego interior de su cuerpo
La inflamación es el mecanismo de defensa natural del cuerpo contra lesiones o infecciones. Sin embargo, cuando se vuelve crónica, puede dañar silenciosamente los tejidos y contribuir a la aparición de enfermedades como la artritis, las enfermedades cardíacas y la fatiga. Si bien los medicamentos tienen su lugar, ciertos compuestos naturales muestran un potencial notable para controlar la inflamación. Dos aliados particularmente prometedores son la Chlorella y el Lactobacillus
plantarum.Chlorella: la lucha verde contra la inflamación
La chlorella es un alga de agua dulce rica en nutrientes que contiene:
- Clorofila: Actúa como antioxidante, neutralizando los radicales libres que desencadenan la inflamación.
- CGF (factor de crecimiento de la clorella): apoya la reparación celular y la modulación inmunológica.
- Omega-3 y vitaminas: proporciona grasas antiinflamatorias y antioxidantes (como las vitaminas C y E).
Cómo calma la inflamación: la clorella reduce los niveles de moléculas de señalización proinflamatorias (como el TNF-alfa y la IL-6). También mejora las defensas antioxidantes y protege a las células del estrés oxidativo, uno de los principales impulsores de la inflamación crónica
.Consideraciones: Empieza con dosis pequeñas (de 1 a 2 gramos al día) para evitar trastornos digestivos. Evítelo si es alérgico al moho o al yodo. Consulta a tu médico si estás tomando anticoagulantes (debido al contenido de vitamina K).
Lactobacillus plantarum: el guardián de la paz de tu intestino
Esta cepa probiótica específica prospera en los alimentos fermentados (como el chucrut y el kimchi) y en los suplementos. Su poder
reside en:- Apoyo a la barrera intestinal: fortalece el revestimiento intestinal y previene el «intestino permeable», una fuente común de inflamación en todo el cuerpo.
- Regulación inmunológica: entrena a las células inmunitarias del intestino para que respondan adecuadamente, lo que reduce las respuestas inflamatorias innecesarias.
- Control de patógenos: supera a las bacterias dañinas que producen toxinas inflamatorias.
Cómo calma la inflamación: L. plantarum reduce directamente las citocinas inflamatorias en el intestino y el torrente sanguíneo. También produce ácidos grasos beneficiosos de cadena corta (como el butirato) que tienen
potentes efectos antiinflamatorios en todo el cuerpo.Consideraciones: Por lo general, es seguro. Las personas con problemas inmunológicos graves o con catéteres de línea central deben consultar a un médico antes de usarlos. Al principio se pueden presentar pequeños gases o hinchazón
.La poderosa sinergia: Chlorella + Lactobacillus plantarum
Estos dos funcionan excepcionalmente bien juntos, creando un efecto antiinflamatorio más amplio:
- Optimización del entorno intestinal: la chlorella proporciona fibra prebiótica que alimenta a las bacterias beneficiosas como L. plantarum, ayudándolas a prosperar y colonizar.
- Doble defensa: la clorella combate el estrés oxidativo y la inflamación sistémica, mientras que la L. plantarum combate la inflamación provocada por el intestino y el equilibrio inmunitario.
- Mejora de la desintoxicación: la clorella se une a las toxinas; un intestino sano (respaldado por L. plantarum) asegura su eliminación eficiente, lo que reduce la carga tóxica que alimenta la inflamación.
Verificación de interacciones: No se conocen interacciones dañinas entre Chlorella y L. plantarum. Son complementarias y es seguro
tomarlas juntas.Incorporándolos a su rutina
- Chlorella: Comience con 1-2 g al día (en polvo o tabletas), aumentando gradualmente hasta 3-5 g. Tómelo con las comidas.
- L. plantarum: Busque suplementos con al menos entre 1 y 10 mil millones de CFU. Tómelos según las indicaciones, con frecuencia con alimentos. Incluya alimentos fermentados en su dieta.
- La constancia es clave: los beneficios se acumulan a lo largo de semanas/meses a medida que mejora la salud intestinal y aumentan los niveles de antioxidantes.